Hasta siempre "grandullón"

Han pasado ya casi dos semanas desde que el grandullón se fue y todavía no sé muy bien qué decir.  Aunque ya sabía que esto ocurriría desde que empezó a enfermar, y a pesar de haber pensado muchas veces en cómo sería el triste final, jamás habría acertado a imaginar el inmenso vacío que me ha dejado. 

Son muchas cosas que querer contar, en apenas un año y medio que duró nuestro viaje juntos. Recuerdo con tanta añoranza los principios, las primeras conversaciones con Apamag, el primer día que le recogí, los nervios de estar a la altura, de saber cuidarlo, de entenderlo, de atenderlo. 

No había razón para preocuparse. Él me acogió a mí desde el primer día, no lo dudó. En nada comenzó a seguirme por toda la casa, a no perderme de vista, a esperarme siempre detrás de cada puerta, a acompañarme en todo. Creo realmente que estábamos hechos el uno para el otro. Y creo que el destino quiso que su última etapa la pasáramos juntos. Quizá para compensar las desgracias que vivió en su pasado, quizá también para descubrirme a mí todo lo bueno que me aportaría.

No perdió su simpatía ni en los últimos momentos de la enfermedad. Iluminó la vida de muchas personas, despertando una sonrisa por donde fuera y alegrías en aquellos que compartían más tiempo con él. Fue tan duro  hacerme a la idea de que era mejor dejarle descansar para siempre.

A pesar de la tristeza que siento ahora, sé que el tiempo que estuvimos juntos será para siempre , único, inolvidable. Miro atrás y recuerdo esta etapa como de completa felicidad. Pasear por el parque juntos viendo caer la tarde, sacarme de la cama en busca del primer paseo de la mañana, jugar a la patrulla con los peques, tumbarse a mis pies en las jornadas de teletrabajo, y su búsqueda de caricias y mimos con todo aquel que se acercara. Fue y será en mi vida algo único e irrepetible. 

Me gustaría realmente que este adiós sirviera para animar a cualquier persona que lea esta despedida y que se esté planteando acoger o adoptar un perro. Es realmente una oportunidad de ayudar, de sacar lo mejor de uno mismo, y a su vez, de disfrutar juntos una aventura intensa llena de felicidad. El final siempre es duro, pero precisamente lo es, porque el viaje ha sido fantástico.

Gracias a Apamag por haber estado siempre pendientes de Él, de haberme ayudado en el principio y en el final. Gracias por darme la oportunidad de cuidarle y de disfrutar de él.  Permanecerá siempre siempre en mi corazón y en mis pensamientos.