Si hay que buscar una palabra para definirle es la de superviviente. Superó el abandono, la desidia, ser invisible para muchos.Se repuso de la enfermedad, de las infecciones, de la malnutrición. Se repuso hasta de las heridas que no se ven, las del abandono. Quiero pensar que lo hizo porque sabía que había una familia esperando por él. Estaba a muchos kilómetros de distancia, pero estaban esperándole. Eso fue lo que Hugo necesitó para en casi dos meses estar listo para irse a Alemania a conocer lo que sería su casa definitiva, su HOGAR. Y no pudo encontrar a nadie mejor. Martha le recibió en Munich con más cariño del que pudo imaginar, con todo lo que un perro necesita para ser feliz y con el amor incondicional de su hermana humana Sabine y sus perros. Bosque para correr, los mejores cuidados y nunca más estuvo solo. No tengo ni idea de lo que vivió Hugo antes de que Apamag le rescatara de la perrera, pero estoy más que segura que con Martha y Sabine vivió los que sin duda han sido los casi tres años más felices de su vida.

Aunque seguro que lo sabes Hugo, para Martha has sido "el mejor perro que uno se puede imaginar. Tranquilo, fiel, siempre agradecido de las caricias recibidas, nunca exigente, siempre conforme, nunca se separaba de mi. Eramos una unidad, el uno para el otro y el otro para el uno".

Se te echa de menos pequeño

Laura L. Ruiz