Gracias Kais

2015-08-18 13.17.53

Es difícil describir con palabras como ha cambiado todo en los últimos 7 meses, y parece que fuera una vida entera. Una tarde de febrero entró por la puerta de nuestro piso un pequeño y a la vez gran ser, nuestro hoy en día queridísimo Kais.

Un animalito lleno de miedo, de inseguridades, de desconfianza en los mismos humanos que lo habían abandonado a su suerte en una perrera durante meses, hasta que Carmen, mi magnífica compi de piso, propuso convertir nuestro hogar en una casa de acogida.

Al principio nos debatimos entre recibir a un can joven o uno más mayor, pero lo tuvimos claro casi desde primera hora. Puede que de primeras buscáramos la tranquilidad que se presupone que aporta un perro más mayor, pero nunca nos hubiéramos imaginado la infinidad de cosas que nos iba a aportar nuestro chiquitín. Decidirnos por Kais, un perrito de 7 años de edad, supuso cambiar de lleno nuestra vida, sobre todo la mía. Lo digo hoy, un viernes 25 de septiembre, a unas pocas horas de acudir a la clínica veterinaria para finalizar los trámites de la adopción y convertirlo de manera legal en uno más de nuestra familia, si no lo era ya.

Un perrito mayor tiene mucha vida a sus espaldas, a veces demasiada. Muchas manías ya aprendidas, muchos miedos que puede que nunca lleguen a desaparecer, pero sobre todas las cosas mucho amor por recibir y mucho amor por dar. No sabéis lo que para mi ha significado ver como ha evolucionado tanto nuestro Kais, cómo se ha superado, cómo ha hecho frente a los problemas, cómo ha aprendido de nuevo a sonreír, a confiar en el mundo que le rodea, a correr sin preocupaciones con ‘toa’ la lengua fuera, a relacionarse con los demás de su especie como el perro más alegre y juguetón. Ha aprendido a saber aceptar que no todos los humanos somos iguales, que hay una nueva vida por delante, una que él quiere aprovechar.

No sé que fue de Kais antes de que entrara en la perrera, ni antes de llegar a nuestras vidas, pero no me hace falta. Me basta con saber que ya está con nosotros, que está en un lugar en el que todos le queremos y le apreciamos. Somos conscientes de que aún le queda mucho camino por recorrer, pero sabemos que poco a poco aprenderá a superar sus miedos, cada vez más, y nos encantará verlo y hacerlo a su lado, tanto a mi, como a Carmen, como a mi familia en Córdoba, como a todas y todos nuestros amigos y amigas que tanto amor le han dado a Kais en estos meses.

Adoptar a un perrito senior puede convertirse en una experiencia maravillosa, una auténtica lección de vida para todas y todos: no importa lo duro que haya podido ser nuestro pasado, las veces que caigamos, siempre habrá un futuro bonito por el que luchar, por el que levantarnos de cada caída, como ha hecho Kais. Por todo esto, por brindar una segunda oportunidad, por todo ese cariño mutuo que nos queda por recibir, os animo a todas y todos los que leáis esta pequeña declaración de amor perruno que adoptéis a un  perrito mayor, porque cambiando la vida de un Kais, cambiareis para siempre las vuestras.

Sólo me queda decir: Colmillito blanco, esto va por ti, porque donde vayas tú, iré yo, porque donde vaya yo vendrás tú, porque yo ya no soy uno solo. Gracias por llegar a nuestras vidas, y sobre todo por llegar a la mía, sólo te deseo que sientas la misma felicidad que yo siento hoy en día cada vez que te veo disfrutar de tu nueva vida. Te queremos Kais, te quiero gordito.

PD: Gracias APAMaG, sin vuestra dedicación seguramente Kais no estaría hoy aquí con nosotros.