Lecciones de un perro adulto, Keitty

IMG-20150331-WA0072

Cuando estudiaba en la Universidad llegué a pensar que la educación era cara, hasta que alguien me dijo que si la educación era cara imaginase lo cara que podía salir la ignorancia. Hoy debo reconocer, que lo que sentí cuando llegaste a casa, era absoluta ignorancia.
    Gracias a la valentía de Ingrid, nuestra infatigable compañera de viaje, que tanto nos cuida y nos mima a los dos, por traerte a casa y a tu tesón y fortaleza, puedo decir bien alto y orgulloso, lo que es compartir tu vida con una gordita de casi 15 años que me educa tanto. Puede parecer extraño que una perrita adulta eduque a un humano pero, sí, gordita, tú lo haces a diario.
    Recuerdo cuando llegaste a casa por primera vez, tu lenguaje corporal, tus ojos delataban miedo, andabas de un lado a otro sin sentido, sin rumbo y con la mirada perdida, quizás puesta en tus recuerdos, quizás en tus pensamientos de que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor, pero, ¿sabes qué,  gordita? Rápido te repusiste al cambio, rápido te adaptaste a tu nueva vida, rápido venciste tus miedos y a mi, gordita mía, me diste la primera lección. El miedo se vence si uno está dispuesto a vencerlo, que el cambio puede ser positivo y que las cosas negativas que nos ocurrieron en el pasado, no pueden regresar al presente para robarnos energía.
    La segunda lección que recibí de ti, qué importantísima a pesar de tus duras vivencias, a pesar de mis pequeños enfados contigo, me demuestras que más que un amor perfecto, se debe amar de verdad, sin esperar a recibir nada a cambio, que el amor debe ser sincero, puro y limpio. Cada mañana aunque te cueste levantarte de tu camita y aunque te haya regañado la noche anterior, me recibes con la más limpia de tus miradas, con el más puro de tus gestos, con el más sincero de tus besos. Corres a saludarme y darme los buenos días aunque tus huesitos frágiles te duelan. Por las noches no te duermes sin antes despedirte de Ingrid y de mi y ver que nos encontramos bien, y todo ello gordita, sin guardarnos ningún tipo de rencor, sin que pase ningún día en el que lo demuestras y queriéndonos tal y como somos.

    Otra lección que me enseñaste pequeñaja es que para vivir, es obligatorio luchar, que amas la vida por encima de todo y que cada día es un regalo. Nadie mejor que tú sabe lo que es el sufrimiento, te quedaste solita con 14 años,  pasaste por una perrera en la que pasaste frío, soledad y miedo. Estuviste a punto de morir en una operación de vida o muerte y aquí te tengo que reconocer, que incluso Ingrid y yo lloramos en silencio por ti cuando llevabas tan sólo una semana con nosotros y aun así, gordita, con tu avanzada edad, la anestesia, que te abrieron la tripita tuya tan gordita que tienes, saliste andando por tu propio pie, sacaste fuerzas de donde sólo tú sabes sacarlas y llegaste a casa llena de dolores, pero eso sí, con orgullo y con esas ganas de vivir tan grandes que te hacen tan especial. Gracias Keitty por enseñarme a vivir cada día a pesar de los problemas y de que parezca que la vida a veces se nos pone cuesta arriba, gracias por hacerme entender que cada día que pasa es un regalo y que nunca debemos darnos por vencidos por muy oscuro que amanezca.
    En un mes y medio que llevamos juntos podría seguir contando mil y una enseñanzas tuyas, como la alegría que nos contagias, tus energías, el respeto que demuestras hacia los demás, pero sería igual de extenso que escribir un Quijote.
    Sólo deseamos gordita, que algún día estés orgullosa de Ingrid y de mi, que podamos estar algún día a tu altura, que nos sigas regalando por mucho tiempo momentos inolvidables, que podamos devolverte el amor que nos das de una manera tan generosa. Gracias por ser tan especial y compartir tu vida con nosotros, imposible ya imaginarnos Ingrid y yo una vida sin ti, una parte de nuestros corazones te pertenece. La segunda oportunidad nos las diste tú a nosotros.

IMG-20150331-WA0071-1

“No te rindas por favor, no cedas,Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños,
Porque cada día es un comienzo,
Porque esta es la hora y el mejor momento,
Porque no estás sola,
Porque yo te quiero”


PD.: ADOPTA UN PERRO SENIOR, DATE ESA OPORTUNIDAD.

Isaac