Hasta siempre Trebol

Hace ya más de un año con gran alegría conseguimos rescatarte, habiéndole dado ya por perdido, y traerte a casa junto a tu compañera Menta.

Esa fue la primera de muchas alegrías que nos diste.

Gatazo imponente, ojos penetrantes, tamaño de pantera... mi preciosa pantera negra. Tan grande tu personalidad como tu cuerpo. Cariñoso, paciente con el peque, juguetón, gamberro, masajista de espaldas por vocación, aplasta-tripas... siempre buscando contacto, siempre dando amor y alegría.

Fuerte, con gran valentía superaste los problemas urinarios, dejándote tratar, confiando, siempre confiando. Gatazo fuerte, lo demostraste, pero por desgracia, no invencible... Y con el corazón roto, tenemos que decirte adiós. Agradecidos por todo el amor que nos has dado, por la alegría que desprendías, por las carcajadas arrancadas jugando, por compartir cama con nosotros todas estas noches, por estar siempre pegado a nosotros, como guardián, siempre velando, agradeciendo cada caricia con topaditas y amasamientos.

Te queremos mucho, Trébol. Siempre estarás en nuestro recuerdo, ocupando un lugar aún mayor del que físicamente ocupabas, mi enorme pantera negra.