Un año de Telmichuuu!

Hola Apamagueros y simpatizantes apamagueros.
He esperado 1 año desde que Telma, antes conocida comtelma1o Belma, se uniera a nuestra familia perruna, para escribir esta crónica "con propiedad".
Estrenado 2013, mi pareja y yo, que un año antes ya habíamos adoptado a una pequeña labradora a punto del desahucio de una familia a la que "le creció demasiado", estábamos barajando posibilidades. Lúa (la labrador), pasaba muchas horas solita en casa siendo una perra muy sociable. ¿Sería conveniente buscarle algún amiguito con el que pasara nuestras horas de trabajo?
Así que fuimos a una feria de adopción que Apamag organizó en febrero: sólo a ver (ya, claro...). Si mi memoria no me falla, juraría que Telma era prácticamente la primera perrita que vi.
Creo que fue su mirada: un marrón brillante que resaltaba sobre la noche de su pelaje; o su perilla un poco de chivo que me recordó un poco a otra perrita que tuve.
No sabía ni qué edad tenía, ni su carácter, casi ni siquiera su sexo en ese primer instante, pero sí supe que era ella la que buscaba. Luego, preguntando por sus telma2características a las excelentes voluntarias y voluntarios de APAMAG no hice más que confirmarlo.
La duda era, ¿se llevaría bien con Lúa, que había sido durante un año, la única propietaria de su colchón, la niña mimada de la casa? Juzgad por vosotros mismos:telma3

Comparten juegos, colchón, juguetes y mimos mutuos. Cada una con su personalidad bien diferenciada. No sólo fue un gran acierto, si no que la alegría que te da un perro se duplica. Verlas jugar e interaccionar puede llevarme horas y horas, y me produce una satisfacción sin medida.
Donde caben dos, caben tres, en este caso, con mi pareja y conmigo, cuatro. Al principio

vivíamos en un piso pequeñito y, no nos engañemos, todos aquellos que dicen que en un piso no se puede tener un perro: discrepo. Yo tuve dos. Y eran felices. Desgraciadamente se pasaban 9 horas al día solas; pero se hacían compañía. Y siempre tienes una razón para volver a casa cuanto antes; no como obligación, sino por el placer de ser bien recibida con besos y carantoñas y poder dar un largo paseo por el campo mientras las observas correr y jugar. Sí se puede, si se quiere. Mis perras salen todos los días por el campo mínimo tres veces; los fines de semana más y más tiempo. Sólo hay que tener claro que ésta será nuestra prioridad.
Un perro adicional no nos ha supuesto un gran cambio en rutinas; ni un incremento de coste; ni un agobio por el espacio en el hogar. Nuestra perrita Lúa es una perrita feliz y ama a su hermana y la cuida como tal: jamás receló. Telma, que al principio se mostraba tímida y huidiza, aprendió rapidísimo de Lúa la obediencia y confianza en las personas, y es hoy una perrita perfectamente funcional: ha perdido sus miedos de entrada a la gente. Cualquier visita que llega a nuestra casa sabe que corre el riesgo de que le roben un beso en la boca y con lengua por esta pilla negra como el tizón. Ni ella ni Lúa estarán nunca más solas.
Es por eso que escribo este artículo. Para animar a todos aquellos que ya tengan un perro, a que vayan a por la parejita. Porque son todo ventajas y apenas supone cambios negativos con respecto a la situación inicial; por el contrario, se duplica tu felicidad, se duplica la de tu compañero de cuatro patas, se duplican los momentos de risas, se duplican los mimos, se duplica el amor que inunda la casa. Una casa que tan llena de amor no se quedará pequeña jamás si es mutuo.
Para despedirme, un saludo mío, de mi pareja, y de nuestras Pili y Mili que nos acompañan siempre a todas las actividades que desempeñamos "en familia".
Muchas gracias a APAMAG por ponérnoslo tan fácil.telma4