Cuando un perro tiene miedo

 

Seguramente conocéis a algún perro con miedo, puede ser el de un amigo, el de un familiar o el vuestro propio. La mayoría de las veces este perrito tiene miedo a algo en concreto pero hay casos en los que a nuestra mascota le dan miedo diferentes situaciones, objetos o personas que suelen tener relación entre ellas aunque muchas veces es difícil saber qué misterioso contacto las une porque a simple vista no tienen nada que ver. Cuando esto pasa, el perro en cuestión se esconde detrás de nosotros con el rabo entre las piernas, intenta escapar o incluso ladra al objeto de su miedo para conseguir que éste desaparezca, el perro actúa así en respuesta a la inseguridad que le generan estos estímulos. En estas situaciones, cuando vemos

que nuestro amigo seasusta, nuestra primera reacción es calmarles con palabras suaves, acariciarles y decirles quemiedo-300x237 no pasa nada, que se tranquilicen pensando que así les damos seguridad y conseguimos que pase el mal trago lo mejor posible pero aunque nuestra intención es buena, sin saberlo, lo único que estamos consiguiendo es reforzar su miedo y hacer que la próxima vez que vuelvan a pasar por la misma situación reaccionen de la misma forma. Los perros no entienden lo que decimos y si después de asustarse reaccionamos así solo estamos confirmando su miedo, mostrándoles preocupación y haciéndoles entender que esa cosa tan "peligrosa" es realmente una razón para asustarse con lo cual no les estamos ayudando.

 

Lo mejor para conseguir que nuestra mascota deje de asustarse y tenga más seguridad en sí mismo es transformar estas situaciones en algo divertido y ¿cómo lo hacemos? Pues lo principal es quitándole importancia a su miedo, no prestándole atención. Si queréis que entienda que no pasa nada, mostrárselo con vuestra conducta, con vuestra reacción segura, nada de "¡pobrecito!" Si le hacéis entender que vosotros no estáis preocupados ni asustados, a ellos les será más fácil sentir esa seguridad y confianza que necesitan. Podéis incluso jugar con él a lo que más le guste cuando tengáis que pasar por ese sitio "horrible", podéis hablarle pero con un tono que le anime a jugar, a correr, que vean que para vosotros es lo más divertido del mundo y a la vez dirigís su atención hacia otra cosa distinta del objeto de su miedo. Es importante que esto lo hagáis en cuanto detectéis la más mínima señal de miedo (el rabo entre las piernas, las orejas y la cabeza gachas, echarse hacia atrás...) Poco a poco, si lo vais repitiendo, cada vez que volváis a encontraros con esto que le asusta sabrá que toca jugar y divertirse y lo más importante, que no hay ningún motivo para asustarse.

 

Noelia Hernández

Voluntaria, adiestradora y educadora canina.